lunes, 6 de agosto de 2007

Notas carreteras con quemaduras de tercer grado

Abrí las cortinas y entraba la luz del atardecer (no hay luz más cálida y bonita) cualquier paisaje se ve bello con esa luz. A través de la ventana las nubes estaban lindas, imposible no acordarme de tí y cuando me dijiste que te gustaban.
Yo no sé mucho-nada de ellas, no sus nombres, no su variedad, no su clasificación; pero me gusta verlas pasar, sus formas raras, su blancura, su "algodonés", la tranquilidad con que van por la vida empujadas por un viento que arrulla; así de simple, así de complejo por lo que pueden hacer sentir.

Ellas y tú ocuparon mis pensamientos, yo detrás de esa ventana, en movimiento, tan sóla que me dieron ganas de bajarme del autobús y correr debajo de las nubes, tirarme en el pasto escuchando las canciones que me mandaste y otras ad hoc para ese momento.
Estar contigo me hace feliz ¿porqué no puedo tener esa felicidad más tiempo?, quiero conocer más cosas sobre ti y abrazar todos los días tu corazón, serás -mi pedazo dulce de alfajor de almendra-



-Diría que amo encontrarte
y sentir dentro de mí
una mariposa presa
aleteándome en el estómago
y muchas ganas de reírme
de la pura alegría de que exista y estés,
de saber que te gustan las nubes
y el aire frío de los bosques de Matagalpa.

Podríamos discutir si es serio
todo esto que te digo.
Si es una quemadura leve,
de segundo, tercer o primer grado.
Si hay o no que ponerle nombre a las cosas.
Yo sólo una simple frase afirmo.
Te amo-

Definiciones de Gioconda Belli

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